Siempre hay que pensar que es posible mejorar la calidad de los programas educativos, y que es necesario seguir buscando en las diferentes propuestas, aquellas que mejor funcionen para nuestra realidad, cada año cambiante.
Con las metas y objetivos del Programa de Escuelas de Enseñanza primaria en mente, y con la posibilidad de estar en contacto estrecho con otros sistemas educativos de países que consideraron era hora de hacer cambios, germinó el proyecto del Willow. Así es que nuestros docentes se pusieron a analizar cada experiencia, a estudiar la fundamentación que aquellos colegas lejanos en tiempo y espacio, plantearon en su momento, y luego de una etapa de debate, consideraron que había llegado el momento de encarar también una renovación de nuestro sistema interno de trabajo.
Se encontró que la mejor manera de educar es trabajar en equipos, lo que da la posibilidad de desarrollar los valores éticos, como escuchar, tolerar, cooperar, solidarizarse; y la autoevaluación que les permite conocerse, saber de sus fortalezas y debilidades. Queremos niños creativos y hábiles, que sabrán aprovechar los avances tecnológicos, pero también queremos adultos felices que puedan convivir y disfrutar en sociedad.